
Enero - Abril 2022 • Vol. 1 Nº 1 Universidad Ciencias Empresariales ISSN:
DOI:
https://doi.org/10.55833/jmm.v1i1.16
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los fracasos en el emprendimiento, aparecen
argumentos ligados estrictamente a los negocios
en su etapa de funcionamiento, como la escasez
de recurso humano calificado, o comprometido; la
dificultad en los proceso de formalización, la carga
tributaria o la falta de incentivos tributarios, e
incluso que los procesos y la tecnología detrás de
estos no son los adecuados, sin reparar, quizá por
su obviedad, que la principal causa está
relacionada a la falta de armonía entre el producto
que se ofrece y lo que el mercado requiere.
Es este último punto el que la información atiende
y que muchas veces se omite debido a que es un
proceso precedente al producto y a la empresa,
pero cuyo acceso y análisis son fundamentales
para hacer sintonizar las propuestas de valor que
se originan en la versión beta del bien o servicio y
las necesidades reales del mercado que será
atendido durante el horizonte de tiempo que el
negocio exista o subsista.
En el Perú existe muy poca información de
mercado relevante para la toma de decisiones, y
la que existe, es de muy difícil acceso debido a su
carácter exclusivo al originarse a solicitud de las
grandes empresas. La información pública,
generalmente proporcionada por el Instituto
Nacional de Estadística e Informática - INEI,
contribuye a dimensionar o caracterizar mercados
desde una perspectiva geográfica, o en el mejor
de los casos demográfica, sin llegar a entregar
información exhaustiva de índole cuantitativo o
cualitativo.
Esta escasez, se intensifica aún más en las
regiones distintas a la capital, en las que es
imposible caracterizar grupos homogéneos con
necesidades transversales y que reaccionan de
forma parecida a una propuesta de valor, lo que
en la disciplina del marketing se conoce como
grupo objetivo, segmento objetivo o target.
A dicha carencia de información se le puede
atribuir, en mayor o menor grado, la falta de
idoneidad de las propuestas de valor que
construyen los emprendedores para atender a los
grupos objetivos seleccionados, que sucumben
por falta de conocimiento de la cultura,
costumbres, alimentación, vivienda, vestimenta,
creencias religiosas, elementos de transporte,
economía, saberes e intereses (Peralta, 2019) de
los mismos.
En ese escenario, la etnografía, como
metodología de carácter cualitativo, aporta datos
que se constituyen en información valiosa para la
toma de decisiones empresariales, sobre todo de
índole comercial. Así, para Restrepo (2018), la
etnografía se puede definir como la descripción de
lo que una gente hace desde la perspectiva de la
misma gente. Esto quiere decir que a un estudio
etnográfico le interesan tanto las prácticas (lo que
la gente hace) como los significados que estas
prácticas adquieren para quienes las realizan (la
perspectiva de la gente sobre estas prácticas).
Interiorizado lo anterior, se entiende que la
etnografía como herramienta para la investigación